miércoles, 28 de mayo de 2014

Generación perdida

Los desconcertados marineros se reencuentran en la plaza tras su alocada carrera por las calles del puerto. Se preguntan, jadeantes, dónde estarán las mujeres prometidas por Ulises después de tantos años de travesía. De penurias. Y ellas, las viejas con las cuales han ido tropezando aquí y allá, en las esquinas, en los soportales, sentadas a la puerta de las casas de paredes encaladas, apartan por un instante la vista de las muñecas de madera y cabellos de alga que tienen en sus regazos y cesan de acariciarlas y peinarlas, de jugar con ellas, y fijan sus ojos hundidos en esos hombres esqueléticos de piel de cuero moreno que tanto les recuerdan a quien, décadas atrás, llegara a la isla de las mujeres diciendo ser el rey de Ítaca. Y suspiran. Nostálgicas.

10 comentarios:

  1. Ya te lo dije en ENTC. Muy visual, imágenes potentes y narrado con maestría, Vivancos.

    Besos desde el aire

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    1. ¡A ver si el jurado es tan benévolo como tú, Martínez! Complicado estará. Como cada mes.

      Besos terrícolas,

      D.

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  2. Me encanta, David. Que mira que me gusta a mí lo de Penélope y el tejer, y esperar a Ulises que no llega (la historia, claro). Y esta tuya es preciosa y triste.
    Felicidades

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    1. Gracias, Anita. Y mira que me gustan a mí las historias tristes cuando no puedo salpimentarlas de cierto humor...

      Un abrazo,

      D.

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  3. Más que tejer una buena historia, creo que lo has bordado.
    Que haya suerte.

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    1. Tú sí que hilvanas historias. Y comentarios generosos. ¡Gracias, retacera!

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  4. Maravilloso relato sobre el paso del tiempo y la muerte de los sueños. Enhorabuena.

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    1. Gracias, Mar, has conseguido que me sonroje. Un lujo tenerte por aquí. Suerte en ENTC.

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  5. Muy bueno David, suerte. me gusta el relato y como describes el resultado final de una vejez que ya ha llegado y las ilusiones perdidas.
    Nostálgico, muy literario y lleno de sensibilidad. Abrazos

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    1. Muchas gracias, Manuel. Si, a veces me pongo sensiblero... ¡pero no se lo digas a nadie!

      Abrazos,

      D.

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