martes, 4 de noviembre de 2014

Eso

Nunca habrás tenido ocasión de ver un bebé más frío y pálido. Tanto es así que sus labios, apenas insinuados, parecen morados. Tiene el pelo ralo y fosco y una sonrisa adulta que muestra una dentadura desordenada, tan fuera de lugar que inquieta. Y un cerco oscuro de niño enfermo alrededor de los ojos. Viste un camisoncito de hilo y encajes, como los de las criaturas de las fotos sepia de finales del XIX. Canturrea, con los ojos extraviados o en blanco, según, melodías repetitivas y perturbadoras. O gruñe. Pero nada de lo que te cuento, curiosamente, me llega a estremecer. Lo que de verdad me aterra de él, lo que me hiela la sangre, es eso que sostiene en las manos.

(Relato radiado el 31/10/2014 en Literatura en corto de la Cadena Ser Ávila. Podéis escucharlo en el siguiente enlace)

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Shhhhh... ¿no oyes esa cancioncita infantil tarareada en un tono casi imperceptible? Shhhhhhh.

      Descansa, vecinito...

      Abrazo ;-)

      D.

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  2. Terrorífico, Vivancos. Al menos lo que ha dado de sí mi imaginación para ver lo que lleva este espectral bebé entre las manos..

    Besos desde el aire

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  3. Seguro que tú también estás escuchando la cancioncita infantil... sólo que tú, además, sabes lo que el niñito tiene en las manos... uuuuuuuh.

    Besos desde el bancal,

    D.

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