domingo, 4 de diciembre de 2011
El estreno
En la puerta había una gorra negra. Mi tío me había dado unas perras y ninguna seña más. Para que te estrenes, me había dicho, pero de esto, a tu padre, ni media palabra. Pasé la tarde dando vueltas a la plaza porticada, buscando aquella enigmática gorra en los pomos de las puertas, asomándome en las porterías por si la encontraba colgada en su interior. El barquillero saludaba con la mano y una mulataza que se arreglaba los pies sentada en un portal sonreía cada vez que pasaba. ¿Vienes de parte de Eduarro?, preguntó, al fin. Al tío le decían así porque no sabía pronunciar la de.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Una pregunta absurda: si no sabía pronunciar la de no le llamarían Eruarro?
ResponderEliminarAbsurdísima: le llamaban como querían, ¿acaso conoces a sus amigos y parientes? Si se llamara Eruarro no habría quien entendiera nada de nada ;-)
ResponderEliminarVaya, vaya, qué sistema más original para "estrenar" al sobrino. Menos mal que habló la gorra negra porque si no lo veo buscando toda la tarde y más.
ResponderEliminarMuy divertido, me ha gustado mucho
Besitos
Lo celebro, Elysa. Éste es uno de los que temía que no se entendiera bien.
ResponderEliminarUn juego brillante. Muy bien perfilado el texto que arranca una sonrisa mayúscula cuando encajan las piezas al final.
ResponderEliminarEnhorabuena, David.
¿La gorra negra era en realidad "La gorda negra"?
ResponderEliminarEn ese caso,el tio era un "agarrao" de narices,ya que se podia haber rascado el bolsillo y no mandarlo con un botijo.
Henry Chinaski
Pedro, ¿no te interesaría ser mi agente literario? ;-) Gracias por tus palabras, precisamente eso, arrancaros una sonrisa, es lo que pretendía esta historieta.
ResponderEliminar¿Un botijo? Chinaski, nunca dejarás de sorprenderme ;-)
Muy divertido, David. El pobre no sabía lo que se le venía encima con el tío Eduarro.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Ana. Otro abrazo para ti.
ResponderEliminarHas necesitado pocas frases para pintar una escena que dice mucho de sus protagonistas, tanto que casi puedes imaginar el antes y el después de lo que relatas.
ResponderEliminarYo cambiaría el comienzo:
ResponderEliminar"En la puerta hay una gorra negra". Mi tío me había dado unas perras y ninguna seña más...
Quizá buscaría otro sinónimo de dinero que no fuese "perras", para no provocar una aliteración involuntaria.
Gracias, Araceli. Porque eso que comentas... es bueno, ¿verdad? ;-) Bromas aparte, espero que sigas pasándote por aquí.
ResponderEliminarLladini, voy al diccionario rápidamente a ver qué narices es eso de la aliteración...
"Bajo el ala aleve del leve abanico..." pero en este caso con la RR
ResponderEliminar