Con objeto de favorecer el ahorro energético, el gobierno estableció el adelanto horario para la madrugada del 26 al 27 de marzo. Telediarios, periódicos y programas de radio alertaron a la ciudadanía de que el domingo a las dos los relojes tendrían que ser adelantados. La novedad radicaba en que, dadas las graves consecuencias de una crisis que iba para crónica, a las dos de la madrugada habríamos de mover las manecillas hasta las tres del 27 de marzo, pero del año 2028. Tal era la magnitud del problema.
Yo siempre he estado de parte del gobierno y, en el fondo, esta medida tan excepcional no ha dejado de parecerme correcta. Ahora bien, desde que adelanté el reloj a 2028 la vista me ha empeorado una barbaridad, me duelen las articulaciones cuando se avecina tormenta y noto unas lagunas en la memoria que empiezan a preocuparme. Y el aliento. He observado que me falta el aliento cuando hago cualquier esfuerzo, por mínimo que sea. Todo junto, muy fastidioso. Vaya que sí.
Me ha encantado!!! Pues si notamos esa horita de más o menos que nos dan y nos quitan, no íbamos a notar 15 años así de golpe y porrazo.
ResponderEliminarEl final me gusta, vaya que sí.
Abrazos
Ni ciencia ficción, ni política ficción, espero que no te lean los lumbreras de los asesores políticos, son capaces de llevarlo a cabo. Un abrazo.
ResponderEliminarSi es que el tiempo no pasa en balde. O sí. Yo que sé, que esta demencia senil sobrevenida me está matando.
ResponderEliminarMuy bueno David.
Un abrazo.
No me gusta cuando, para comentar un texto, te enchufan otro, como a presión; y eso es justo lo que yo voy a hacer ahora.
ResponderEliminarPerdón, perdón; pero leyendo tu micro y el comentario de Ana... allá voy:
Título:No sólo es tiempo
Cuando se cambió la hora la primavera pasada, yo perdí aquella en que te enamorabas de mí. Después, en otoño, cuando se volvió a cambiar, yo sólo recuperé sesenta minutos más perdido sin ti.
http://palabrasfotosdias.blogspot.com.es/2013/02/no-solo-es-tiempo.html
Intentaré no volver a hacerlo.
Gracias, queridos, la suerte que tengo de que a quienes no les gustan los relatos que voy colgando se abstienen de dejar su opinión aquí. Con gusto me extendería más pero ahora mismo no recuerdo dónde dejé la dentadura postiza y el bastón...
ResponderEliminarCuatro abrazos y, gracias, Luisa, por compartir tu historia. Muy original la idea de tu blog "creciente". Deja aquí cuantos textos quieras, es una sana y enriquecedora manera de aprovechar el comentario.
Otro abrazo más, el definitivo,
D.
Genial la idea del giro al cambio de hora! Pensé también que se podía volver a 2007, por no perdernos tanto, para igual tropezábamos dos veces con la misma piedra, así que casi mejor lo tuyo.
ResponderEliminarSaludos!
Bueno, muchacho, ¡ahí tienes tú tu historia! Atrasa, atrasa el reloj y disfrutemos del resultado... ;-)
EliminarUn saludo, amigo,
D.
¿Me puede sonar de algo este micro? ¿Dónde lo he podido leer anteriormente, camarada?
ResponderEliminarPD: Ha estado bien leerlo otra vez ;)
Te puede sonar, te puede sonar. Éste y unos cuantos más, jajaja. Buena memoria la tuya.
EliminarUn abrazo, camarada,
D.
¡Qué bueno, David! Lo único que he echado de menos ha sido saber si, para entonces, ya habremos divisado la luz al final del túnel. La salida, digo; no vaya a ser un tren que viene de frente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo, amiguete, una vez más agradecido por tu fidelidad y generosidad,
ResponderEliminarD.