Entre tanta antigüedad y objeto valioso del castillo, su retrato nunca
ha dejado de darme problemas. Un cuadro indiscreto. No de esos que te
siguen con la mirada, te pongas donde te pongas, por efecto de la
cuidada técnica del artista creador ni de esos otros que, directamente,
te persiguen porque tienen un malo detrás espiándote por obra de dos
orificios practicados en el lienzo. Qué va. Es curioso, curioso de
verdad. Una noche lo presentí observándome en mi habitación a través de
la cerradura. No llegué a tiempo. Escapó atropelladamente, pude oír el
repiqueteo del marco labrado pasillo adelante, lo imaginé en su huida
anadeando como un pato torpe en el fango. Es rápido. Listo. Organicé una
improductiva güija para invocar el espíritu del tío Florian y ver si el
retrato se delataba, pero nada. Durante la velada permaneció
impertérrito, donde siempre, bajo el blasón, las patillas prusianas y
los pulgares en los bolsillos del chaleco. Llevamos meses jugando al
ratón y al gato.
He dejado mi puerta entreabierta. Querrá saber
qué escribo. Cuando huela su barniz estará tan cerca que ya no tendrá
escapatoria. Me responderá entonces a unas cuantas preguntas. También yo
soy curioso. Vendrá de familia.
Mi texto presentado a la edición de febrero de ENTC: http://estanochetecuento.blogspot.com.es/
ResponderEliminarJajaja, un relato con una buena dosis de humor, que hace mucha falta. Gracias por las risas que me ha dado al imaginarme al marco labrado a saltitos por el pasillo...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Rosa, esa frase fue, prácticamente, el origen de la historia, sobre la que se vertebró el resto del texto. No te digo más. Era un pelín más larga pero hubo que recortarla por "necesidades del guión".
EliminarBesos terrícolas,
D.
Jo, qué chulo, la carrera por el pasillo me ha encantado, y el lenguaje. Es de esos micros que hubiera querido escribir yo.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, Ana, el tuyo es, en mi opinión, el mejor halago que puede recibir un texto. No formarás parte del jurado, ¿verdad? ;-)
ResponderEliminarUn abrazo peninsular,
D.
Jajajaj que bueno ver el cuadro por pasillos tropezando con los marcos de las puertas.
ResponderEliminarAhora voy a comentar en ENTC. Allí tengo una participación también por si te apetece, nº 23.
Besicos muchos.
Gracias, Nani. Leído el tuyo, algo más dramático que el mío, ¿verdad? Dos estilos diferentes, esperemos poder compartir el reconocimiento de crítica y público ;-)
EliminarMuchos besicos,
D.
Blasón y patillas prusianas... Excelente.
ResponderEliminarY los pulgares en los bolsillos del chaleco. No lo olvides. Excelente y elegante.
EliminarMe gustan los pulgares en los bolsillos del chaleco y esa curiosidad heredada que dará lugar, seguro, a una interesante entrevista familiar. Y el nombrecito, con reminiscencias monárquicas ( Florian? Froilan?...jeje)
ResponderEliminarNo, no, Florian, de San Florian de Lorch, patrón de Polonia. Vete buscando hueco en la agenda que tenemos mucho trabajo por delante ;-)
ResponderEliminar¡Muy bueno, David! Simpático este tío Florian de todos los Santos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Gracias, Pedro, siempre tan generoso. Eso es un amigo y, lo demás, son tonterías.
EliminarUn abrazo,
D.
Buenísima idea la del pasillo, la del título y la descripción que realizas de la situación. Me ha gustado mucho David. Un abrazo y mucha suerte en ENTC.
ResponderEliminar¿A que tiene su gracia lo del pasillo? Qué bueno que la imagen os divierta, es la mejor noticia que podía recibir. Bueno, ésa y que al jurado también le gustara, claro ;-)
EliminarUn abrazo y suerte para ti también,
D.
Muy bueno David. Una vuelta muy efectiva a un tema en el que lo fácil es caer en el tópico. Me gustó mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy con Miguel, en estos casos lo fácil es tropezar con el tópico pero tú lo toreas con tu peculiar sentido del humor. Me ha parecido muy original.
ResponderEliminarAbrazos, suerte en el concurso
Gracias, Miguel y Susana. Supongo que el tópico tira de fantasmas atormentados y demonios interiores que no dejan descansar el espíritu del retratado. Me defino yo como más banal, sí, prefiero esa vuelta de tuerca que decís, tratar al cuadro como un objeto y tratar de arrancar una sonrisa a través de la parodia. O algo parecido.
ResponderEliminarUn abrazo a los dos, celebro que os haya gustado,
D.
Llegué a este blog por casualidad y no pude dejar de leer tus entradas. Esta, sin dudas, es mi favorita. Logró lo que decías arriba: "arrancar una sonrisa a través de la parodia". Gracias por compartir tu talento. Te voy a seguir visitando. ¡Suerte en el concurso!
ResponderEliminarPues bendita casualidad, Leonela. En realidad, quienes tenemos que algo que agradecer somos los que necesitamos a alguien, al otro lado de la pantalla, que nos lea. Así que bienvenida, ojalá pases a menudo por aquí.
EliminarSuerte en el concurso para ti también,
D.
David, ¡Enhorabuena por esta mención! Es una vuelta de tuerca con mucho humor al tema del concurso de este mes. Tendré cuidado con el cuadro de mi Tía Tomasa que nos dejó en herencia, también ella era curiosa.
ResponderEliminarAbrazos.
Uf, el día que escribamos sobre la tía Tomasa... ese día... se tambalearán los cimientos de Occidente. Te lo digo yo.
EliminarGracias, amigo. Un abrazo,
D.