miércoles, 13 de marzo de 2013
Gol
Tras anotar el tanto que adelantaba al equipo, al poco de iniciarse la segunda parte, corrió en dirección a la banda dibujando en el aire un vientre abultado y chupándose, a continuación, el dedo pulgar como un rorro. Completó el tramo que le faltaba hasta el córner haciendo unos volatines que habrían hecho palidecer de la envidia al campeón olímpico de suelo. Ya en el banderín del saque de esquina, levantó los puños hacia la afición, que coreaba su apodo, para, acto seguido, darse la vuelta y señalar, por encima de los hombros, su nombre y su dorsal con ambos pulgares. Un defensa hizo como que le limpiaba las botas y él, exultante, disparó al cielo balas invisibles con sus índices extendidos y meció entre sus brazos a un bebé también ilusorio. Tras el abrazo de sus compañeros, se dirigió al objetivo de una de las cámaras de la televisión y dibujó un corazón con las manos. Se quitó la camiseta y mostró a los telespectadores su particular mensaje de ánimo dedicado a un extremo gravemente lesionado, un texto breve que había escrito en mayúsculas en su prenda interior con un rotulador rojo. Luego volvió a dirigirse a los hinchas del graderío y besó una alianza imaginaria en su dedo anular y, después, hizo lo propio en la zona interna de la muñeca, que se llevó a la frente. Dio un pase torero con la mano en la cintura, un natural, y ahuecó sus manos detrás de la coronilla como si fuesen las alargadas orejas de un conejo. Más tarde simuló una danza africana agarrado al banderín, se tapó el ojo izquierdo con la palma de la mano y gateó un ratito como un bebé. Antes de levantarse, clavó la rodilla derecha en el suelo e imitó con cierto estilo la posición del arquero que tensa su arma. Para cuando se dio cuenta de que el público había abandonado sus localidades, ya estaban apagando los focos. Lógicamente, sobre el césped ya no había nadie más que él. Supuso que lo habrían sustituido tras la consecución del gol.
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Si es que nos perdemos en los detalles, je je.
ResponderEliminarMuy divertido David.
Una abrazo.
Sencillamente maravilloso. Y muy acertado. ¿El próximo gol me lo dedicas? Un abrazo.
ResponderEliminarLas alegrías hay que celebrarlas. Son tan escasas...
ResponderEliminarDivertido relato David.
Besos desde el aire
David, un buen gol que sirve para recrearse en las florituras de tus letras. ¡Muchas gracias por prestármelo!
ResponderEliminarUn abrazo, mestre.
¿no había comentado ya este micro? Juraría que sí. ¿O me he perdido en los detalles?
ResponderEliminarSea como sea, me parece genial.
Un abrazo,
Celebro que mi gol os haya gustado. Así que ya podéis abrazaros los unos a los otros, besaros el anillo y señalaros la espalda con los pulgares...
ResponderEliminarErnesto, te dedico todos los goles que el Jupi le va a meter al Terrassa este domingo. Soy así de espléndido.
Nicolás, gracias a ti, faltaría más.
Don Pedro, usté debió de comentar este gol en El rincón de Nicolás Jarque, por donde pasé la semana pasada. Así que, a ti, gracias dobles ;-)
Un abrazo a tutti,
D.