domingo, 20 de noviembre de 2011

Muerte de Iván Ilich

El criado corrió hasta la habitación de su amo alertado por los gritos. Con la mirada perdida en alguna parte del cuarto, Tolstoi respiraba agitado sentado en su lecho. Por tercera noche consecutiva Iván Ilich lo había sorprendido durante el sueño, se le había echado encima, sus dedos como garfios habían apretado desesperadamente el cuello del escritor mientras le reprochaba enloquecido la crueldad de su enfermedad, el dolor insufrible, angustioso, el desconsuelo, la impotencia ante la muerte inevitable, la indiferencia de sus seres queridos. Todavía consternado, Tolstoi pidió su batín y se sentó delante del escritorio dispuesto a poner fin al padecimiento de Iván Ilich. El reloj marcaba las tres de la madrugada.

7 comentarios:

  1. A eso es a lo que algunos llaman inspiración, y otros remordimientos, que hay escritores para todo. A mí me ha gustado tu explicación.

    Un saludo.

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  2. La escena inicial me recuerda a Amadeus, con Salieri gritando y los criados llamando a su puerta.
    Muy interesante el tema del personaje que recrimina sus defectos/desgracias a su creador.
    Por cierto, Tolstoi jugaba al ajedrez...

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  3. Se me había escapado este microrrelato, David. Me gusta mucho cómo lo describes, es fácil ver a Iván Ilich, hasta su expresión, su desesperación. Y me gusta esa idea de la interiorización de los personajes casi enfermiza.

    Buen micro, sí señor.

    Abrazos

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  4. Las personas que escriben pueden llegar a ser muy crueles y desconsideradas... ggggggg. Sin ir más lejos, en mi próximo libro, que contiene relatos en los que mis amigos son los protagonistas, descuartizo a unos, hago que uno mate al mejor amigo de otro, una chica requeteraja a su actual novio con un cutter... en fin...

    PD: No sé si te gustará Stephen King (no te veo afín a el...), pero tiene un libro que me gustó mucho, que trata el tema. La mitad oscura.

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  5. Celebro que os vayan gustando las historietas (microrrelatos o ficciones, que queda más serio) que voy subiendo. Sobre todo a Jesus, a quien sé que no le va a temblar el pulso para cuestionar lo que le disguste de alguna lectura (sabe que aquí podrá plantearlo aunque no pertenezca a su asociación de autores que aceptan las críticas constructivas ;-)

    Alberto, me vas cogiendo el tranquillo. No he leído nada de King y, sinceramente, no tengo demasiada intención de hacerlo. No, al menos, en un futuro próximo. Pero tomo de tu recomendación, como siempre. El de Rudel, por ejemplo, está interesante, vaya que sí.

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  6. Si ni los maestros están a salvo de la rebelión de sus personajes, imagínate nosotros. Hay que tratarlos bien. Está claro.

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  7. Raúl, a mí hay un enano metido en una jaula que me la tiene jurada. Y alguno que otro más también me guarda rencor, creo ;-)

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