viernes, 16 de noviembre de 2012
Cruentos ejemplares, nº 2
No soportaba sus rancias canciones, tan mal tocadas, ni sus ridículas medias negras. Aborrecía la bandurria, la pandereta y las cintitas de colorines. Y aquella especie de escarapela también me sacaba de quicio... Y su perilla de gañán. Además, debo confesarle que me descomponen los sujetos que utilizan capa, como Jaime de Marichalar y, sobre todo, Ramón García. Desde siempre. No me pregunte por qué maté al tuno. Pregúntese, mejor, por qué no lo hizo nadie antes.
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BRUTAL.
ResponderEliminarEs usté una especie a extinguir, que lo sepa. El amargor que transpira sólo es compatible con los tiempos pasados o los futuros. No se puede ser tan visceral, que lo dicen los tiempos de hoy. Así que le queda a usté la criogenización o encerrarse en una bodega.
Y salir de aquí a cuarenta años. A ver si le entra un tuno.
Porque Ramón García (y Jordi Hurtado) habrán muerto. Esto no puede durar siempre.
Salud
SPJ
Como decían Def Con Dos: tuno bueno, tuno muerto. Aunque una cosa te diré. Hará un par de años estuve una noche en Salamanca, apareció la tuna, y no lo pasé mal, no. Esos prejuicios... Abrazos.
ResponderEliminarA mí los tunos -musicalmente- me van, ¿qué quieres que te diga? No sabría explicar por qué. Quizás porque no entiendo de musica y sólo entiendo de juerga. O no.
ResponderEliminarGran micro, muy en la línea de la obra inspiradora.
Sigo pendiente de hacerme con un ejemplar, pero llegará, seguro que llegará.
Abrazos, Don David.
Amigos, sufrís la típica confusión entre autor y protagonista de su ficción. Yo a los tunos los adoro ;-)
Eliminar¡Mira! pues no me hubiera importado echarle una manita en este asunto, no. Todavía no he matado un tuno,me cae bien este tipo, él si lo hace.
ResponderEliminarBesitos