jueves, 20 de diciembre de 2012
Su mujer
Comprobó que los seis números coincidían con los del boleto. El premio le permitiría dejar el turno de noche en la funeraria y, por fin, abrir su propio negocio, la inmobiliaria, y comprarse el chalecito, un descapotable color cereza y el fueraborda soñado desde siempre. Durante años su mujer había tratado de convencerlo, infructuosamente, de que cambiara de oficio. No entendía lo del maquillaje forense, le repugnaba el olor a cirio y a crisantemo impregnado en la ropa, ese tufo que reclamaba un doble lavado antes de ser eliminado por completo. Su mujer no comprendía cómo había podido acostumbrarse al dolor de las familias desgarradas por la pérdida de un ser querido ni cómo había vencido la repulsión inicial en presencia de los primeros cadáveres. ¿Su mujer? Ah, sí, su mujer. Antes de hablarle al abogado de todos aquellos proyectos tendría que sostener con él una charla sobre… su mujer.
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Muy bueno!
ResponderEliminarJjejejejje, con varios finales, o la ha matado, o el abogado es el amante.
ResponderEliminarMe ha gustado
Besos desde el aire
Ja ja ja, ay las mujeres cuando sobramos...
ResponderEliminarUn beso
Pobrecita, ahora que su marido por fin iba a oler a chanel!
ResponderEliminarEl fin del mundo siempre es un buen momento para hacer negocio.
ResponderEliminarAbrazo póstumo
¡Ja, su mujer! ahí está el tema, está o no está, se ha líado con el abogado o no? ¡Vaya duda para el fin del mundo!
ResponderEliminarBesitos.
PD: Ya me paso con más tiempo, hay unas cuantas entradas para leer.
Yo la veo embalsamada a la pobre, bien maquilladita, pero todo puede ser. No podía faltar uno de abogados en el fin del mundo :-)
ResponderEliminarPero reconocerá que su mujer tenía razón, ¿no?
ResponderEliminarBueno, que cantidad de mujeres hay en este relato. Lo que está claro es que aquí hay cuernos para dar y tomar, pero como siempre, nadie se entera. Parece que hayas trabajo a los muertos.
ResponderEliminarNo sospechaba que esta historia pudiera despertar tanto interés. A veces pasan estas cosas aunque imagino que también ha influido bastante que con ella participara en la apocalíptica iniciativa de Acuática.
ResponderEliminarEn realidad, no lo concebí con un final abierto a diferentes interpretaciones sino con uno bien definido. Aunque admito que, leído ahora, tenéis razón. Éste es uno de esos casos, al menos para mí, de relato enriquecido por los lectores. Lo celebro y os lo agradezco.
Un abrazo y felices fiestas a todos,
D.
Es que el "su" en español da lugar en los micros a muchas maliterpretaciones/finales distintos. A mí me gusta bastante dejar la puerta abierta a la interpretación del lector.
Eliminar¡Gracias David por participar! :)
Todita la razón. Gracias a ti por organizar semejante sarao ;-)
EliminarCuando pasas de pobre a rico todo cambia, y a lo que no molestaba o se pasaba por alto, se le pone limite de pronto. Me pregunto si será igual al revés.
ResponderEliminarSi algún día vuelvo a ser pobre, paso por aquí y lo comento.
Encantado estuve en tu casa, David.
Y yo encantado de tenerte como huésped. Vuelve cuando quieras, amigo.
Eliminarjeje gracias por la sonrisa que nos dejas y la intriga, ains... esa mujer...
ResponderEliminarsaludillos
Gracias a ti y a todos los que pasáis por aquí. Dichosos los ojos, Puck.
EliminarSaludillos y feliz año,
D.