jueves, 14 de febrero de 2013

Día catorce

Día siete. Llevamos una semana agazapados detrás de los arbustos. La fetidez de nuestros excrementos se confunde con la de las otras bestias. Algunas, las más atrevidas, se acercan hasta nosotros y nos olisquean. Hoy únicamente hemos visto a una mujer y a un hombre con una vaca famélica.

Día once. Por este camino sólo andan viejos que van hasta la aldea vecina a por carne de caballo o pan. Ni rastro de los milicianos sobre los que tenemos orden de abrir fuego. Se supone que la voladura del puente los obligaría a pasar por aquí. La inactividad nos agarrota los músculos.

Día trece. Nuestro propio hedor es insoportable. La pinaza se nos clava por todas partes. Se acabaron las provisiones. El teniente conoce la precariedad de la situación pero informa de que no hay contraorden. Seguimos alerta. Vemos a los vecinos, tan sólo vecinos, siempre a los mismos vecinos. Al párroco y a niños que ya se atreven a jugar a las afueras del pueblo.

Día catorce. Empezamos a disparar, más que nada por distraernos.

(Este relato ganó la edición del mes de enero de 2013, categoría castellano, de la Microbiblioteca, concurso organizado por la Biblioteca Esteve Paluzie de Barberà del Vallès. Podéis leer los textos premiados en el siguiente enlace

17 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena, campeón! Final de los tremendos, da escalofríos.

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  2. Algo ha sucedido con un comentario kilométrico que acababa de dejar y me temo que haya desaparecido.

    Reiteraba mi felicitación, David. Te decía que es un micro soberbio, perfectamente enhebrado, en el que la atmosfera de tensión creada y desarrollada a lo largo del relato se evaporaba -momentaneamente- en su cierre. Y decía que momentaneamente porque la verosimilitud de ese cierre causaba escalofríos. Lo comparaba con esa risa que se nos escapa cuando vemos a alguien caer y desaparece cuando vemos que no se levanta.

    Mas o menos eso. Acababa dejandote una ovación y otro brindis por la victoria.

    Un abrazo.

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  3. Pues enhorabuena lo he leído en la Microbiblioteca. Nos va llevando hasta un final que sorprende con una fina ironía.

    Saludos

    Anna Jorba Ricart

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  4. Gracias, amiguetes, mentiría si dijera que no me ha alegrado un montón el premio. Gracias, Lucas y Elisa; gracias, Pedro, siento que hayas tenido que repetir el comentario, lo agradezco doblemente, entonces; gracias, Anna, y bienvenida; y gracias, maestro Agus, un placer verte por aquí.

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  5. Muchas felicidades David.
    Me parece un relato fantástico, define perfectamente como acaban funcionando las cosas en realidad. Terrible.
    Un abrazo.

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  6. Un final duro que, sin embargo, se minimiza y entiende perfectamente leyendo lo que hay detrás.

    Felicidades.

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  7. Me gustó mucho ayer, cuando lo leí en la Microbiblioteca, y vengo a felicitarte. El cinismo final me parece un toque de genialidad.
    Abrazos

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  8. Ya te lo dije en La Micro, pero te lo repito: excelente, David. Una maravilla de bestialidad.

    Una abrazo.

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  9. Miguel, Yolanda, Susana, Miguelángel, gracias por ser tan encantadoramente amables con ese atroz narrador. Estoy encantado de la vida con la Biblioteca de Barberà y con vuestro paso por mi humilde morada.

    Un abrazo, amigos,

    D.

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  10. Eres un lince de la escritura, David.

    Un abrazo.

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    1. Jajaja, gracias, Gastón. Ya sé quién dirigirá la adaptación teatral de mis historias ;-)

      Un abrazo,

      D.

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  11. redondo, perfecto o casi que al final es más interesante.
    No me extraña que ganaras.
    Adelante y sigue disparando

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    1. Gracias, amigo. Seguiremos disparando (o, al menos, apuntando) a todo lo que se meneé.

      Un abrazo,

      D.

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