De todos los trabajos aburridos y monótonos que uno pueda imaginar, no existe en el mundo otro comparable, créanme porque lo digo por propia experiencia y con conocimiento de causa, al de ser espejo de Mr. Dorian Gray.
(Este microrrelato forma parte de la antología Destellos en el cristal, de la Internacional Microcuentista, que podéis consultar y descargar en el siguiente enlace)
No lo veo... je je.
ResponderEliminarMuy bueno David.
Un saludo.
¡Chapeau, Don David!
ResponderEliminarMe ha alegrado ver mis letras junto a las suyas.
Un abrazo,
David, ¡Enhorabuena por esa inclusión en esa antología de tan buenos nombres!
ResponderEliminarEs cierto, no hay trabajo más aburrido.
Abrazos.
Debe serlo, estar toda la vida (si los espejos tienen vida) viendo la misma imagen. Felicidades por estar en la antología. Un honor compartir espacio contigo.
ResponderEliminar:D
ResponderEliminarLa verdad es que sí, es una alegría y una suerte formar parte de esta antología. Con tantos amigos y entre tanto autorazo.
ResponderEliminar¡Gracias y enhorabuena también a vosotros!
Un abrazo,
D.