Sentado en su camastro, Carlomagno atendía a las explicaciones que el doctor vienés le daba al adolescente pálido y de mirada huidiza que acababa de recibir el alta.
-Mañana abandonará la clínica. Conozco su trabajo, Adolf. He visto sus pinturas. Le aconsejo que se concentre en su faceta artística, cultívela, explote su creatividad. Pinte y olvídese de su padre. Salir de aquí no es una meta, es sólo el inicio de algo importante. Pinte, cree. Trabaje. Únicamente el trabajo nos hace libres -y señaló al otro-, únicamente el trabajo les hará libres.
-El trabajo nos hará libres -repitió el joven sin levantar la vista.
Carlomagno creyó percibir una leve sonrisa dibujada en el rostro de Adolf.
¿Tiene esto algo que ver con el Socialismo Nacional Aleman de los años 30?No hay que remontarse tan atras,hombre.Ahora tenemos el Socialismo Zapatista,que de haber podido,hubiera sido peor que el tal Adolfito.
ResponderEliminar¡Qué cruel! Pero qué bueno...
ResponderEliminarHace unos días estuve en Berlín, David, y fui a visitar el campo de concentración de Sachsenhausen, creo que lo he escrito bien. Entré por una puerta que rezaba "El trabajo os hará libres" en alemán, claro. Me paseé por aquel campo intentando que mi imaginación no volara demasiado, intentando encontrarle a aquel lugar el interés histórico que tiene, con frialdad. Es imposible. Lo estoy recordando ahora y se me encoge el corazón. Me gusta tu microrrelato por lo que tiene de recordar lo que no se ha de olvidar nunca. Pero me duele.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, Catulo, como siempre tan generoso. Jesús, visitar uno de esos campos es una de esas cuentas pendientes que tengo. Fascinación por la historia y por lo monstruoso, imagino.
ResponderEliminarHay que ser muy hijo de algo para poner un cartel en la entrada de un campo de concentración donde diga "El trabajo os hará libres". Pero que muy hijo de algo...
ResponderEliminarUn buen ejemplo de metaliteratura y de memoria histórica. Interesante y doloroso, pero bueno, un micro debe conmover.
ResponderEliminarAbrazos.
Tengo que reconocer que Carlomagno me ha interesado mucho. Con un nombre así deduzco que no puede ser sino una mascota. He mirado el tema de los perros de Hitler, pues el hombre era muy aficionado a los perros, y en las diferentes listas de perros de Hitler no he hallado a Carlomagno. Conociendo al autor bien podría ser un gato pero...
ResponderEliminarMe daba cierto repelús mientras lo leía, quizás el nombre del micro, no sé, pero cuando he leído la tristemente famosa frase he entendido el por qué de mi escalofrío. Un micro muy bueno.
ResponderEliminarBesitos