viernes, 20 de junio de 2014

ΕΞΟΔΟΣ

Mira el monstruo en la dirección que le señala la espada desnuda de Teseo. Incapaz de encontrar la salida por sí mismo durante todos estos años, vagando a tientas por los estrechos –húmedos, fétidos– pasadizos del dédalo en cuyo interior se consume, quebrando a su paso las calaveras de enemigos antiguos, es el rey de Atenas quien ha tenido que llegar por mar para mostrársela.

Comprueba ahora la veracidad de las palabras de aquellos desventurados que entraron para darle muerte. Y el Minotauro suspira, se desvanece y cae sobre los huesos de los guerreros olvidados, extrañamente sereno, extrañamente feliz, al distinguir, al otro extremo de la hoja manchada de sangre, esa luz tantas veces anunciada al final del túnel.

lunes, 16 de junio de 2014

Madera de héroe

Acallado ya el eco del desgarrador desconsuelo de familiares y amigos, el carpintero se acerca disimuladamente al ataúd del soldado, mira furtivo en ambas direcciones y acaricia con orgullo el fruto de su trabajo.

(El microrrelato Madera de héroe es uno de los finalistas del mes de mayo de La Microbiblioteca. Podéis leerlos en el siguiente enlace)

martes, 10 de junio de 2014

Sancha es Castilla

- ¿Acaso ignoráis, fementida y cobarde canalla, que el hi de perro mago Frestón está jugando con nosotros? ¡Las almenadas torres que albergaron los aposentos de nobles damas y princesas se desplazan de aquí para allá a su hechicero antojo! ¡Se alejan, se marchan definitivamente ante mi pasmo y vuestra indolencia! -clama el caballero con los ojos desorbitados y enfebrecidos, el dedo acusador extendido-. ¡A fe mía, bellaco descomulgado y pestífero, que debo evitar que nuestra Castilla haya de ensancharse hasta perderse de vista! ¡Conseguir, aunque tuviera que dejarme la vida en la empresa, que retornen los campos a los peones que los labraron y los caballos a los prados desaparecidos! –continúa, encasquetándose con un gruñido la bacía llena de abolladuras.

Y el extremeño Juan Morán, que para entonces ya se ha arrepentido de haber hecho un alto en su camino a Santander en la venta de Urueña, busca en vano con la mirada la ayuda de Sancho, quien anda enfrascado cortando hogazas de pan para el queso recién sacado del morral. El viajero, algo aturdido, observa al viejo chocho, se mordisquea la yema del pulgar en actitud reflexiva y adelanta, por fin, la torre amenazada por el alfil blanco.

(Relato ganador de la Quedada de ENTC celebrada en Urueña -Valladolid- el 7 de junio de 2014)