domingo, 29 de junio de 2025

Incorrector 3.0

Siempre fui reticente a instalar la aplicación, pero al final claudiqué. Tan aislado de los demás me sentía. Con el nuevo Incorrector (en su versión 3.0) pude, por fin, whatsappear con familia y amigos en igualdad de condiciones, con todas aquellas faltas de ortografía que tanto me horrorizaban. 

La app es kapaz de traduzir mi scritura combirtiendola en 1 galimatias yeno derrores k paradogicamente es muxo + fazil dentender xa la mayoria. las tildes, los signos d apertura dexklamaziones i dinterrogaciones desaparezen,,, las faltas dortografia se distribyen en el testo al tuntun i la puntuazion al boleo. hasta ay bien lo malo vino kn la IA. el pograma aprendio solo + aya dl was. aora toma iniziativas siempre incorrectas (i peligrosas) i redirije mnsjs kn intimidades d mi mujer a los kolegas. igual kn los mails. i lo d los micros es peor xk yo partizipo en concrsos dd este mismo dispositibo. si las bses dizen k los relato an d ser respetuosos añade x su kuenta palabras kmo marika o sucnormal i si dize k el tope son 200 palabras se passa aposta kn lo fazil k me resultaria borrar unas pokas k no alteraran el sentido dl testo 

(estas 5 ultimas, x ejemplo).

martes, 6 de mayo de 2025

Desatino cervantino

Se llegaron hasta donde los ajedrecistas y, al darse cuenta Sancho de que a su señor no lo animaba ninguno de sus habituales arranques de locura, sino tan sólo la mera curiosidad, comenzó a dar zapatetas de contento, tantas que daba gloria el verlo tan gozoso, puesto que había temido que empezara a imaginar ejércitos, princesas fermosas y reyes bellacos, según su costumbre de desfacedor de entuertos, donde únicamente había piezas de tosca madera, y que todo aquello acabara en una somanta de terribles consecuencias.

Permanecieron un buen rato a prudente distancia. Observaba Sancho, que no comprendía ni jota de lo acontecido en el tablero, cómo valoraba en silencio don Quijote las estrategias de los contendientes, cuando sucedió, de pronto, algo inesperado. Se levantó bruscamente el cura, que llevaba las blancas, y la emprendió a puñadas contra el escudero, creyéndolo peón que amenazaba su torre, mientras el barbero, con la misma mirada fanática y delirante que su compañero, se concentraba en el descalabro del andante caballero, cuyo movimiento en ele violentaba su enroque.

Cuentan que fue tal el quebranto provocado, y tales los insultos proferidos, que el propio Cervantes hubo de acudir, presto y jugándose la mano buena, a separarlos.