El pasado sábado se presentó, en una emotiva jornada que se desarrolló en la Biblioteca Pública Enrique Trías, de Madrid, el libro colectivo Un tiempo breve, con el que conmemoramos el quinto aniversario del concurso de la web Esta noche te cuento. Cada autor colaboró con dos microrrelatos y mi aportación fue el titulado Revalorización y otro más antiguo, La decimotercera prueba, que reproduzco a continuación:
LA DECIMOTERCERA PRUEBA
Suelta la cachiporra y hunde la poderosa mano hidricida en el montón de sal como si buscara algo en él. Le da un buchito al aceite de oliva y juguetea con las zanahorias. Se limpia luego las manos en la piel del león de Nemea. Cuando cree que nadie lo ve, aparta el yogur, que tanto le recuerda al emplasto que comían los pastores tracios, y se lo ofrece a los gatitos que rondan por el puerto. Éstos lo olfatean, le dedican al héroe una mirada de olímpica indiferencia y marchan donde los pescadores, a ver si allí les cae alguna cosa de verdad apetecible.
– Podríamos añadirle manzana a la crema. Traje unas cuantas del Jardín de las Hespérides –sugiere sin otro objeto que el de ganar tiempo.
Euristeo disfruta del fracaso de Heracles quien, tras afrontar las doce pruebas anteriores, se muestra ahora incapaz de superar la definitiva. Después de encadenar tantas decepciones, el rey ríe y palmotea como un niño caprichoso al comprobar que el hijo de Zeus no sabe preparar la crema fría de lechuga con yogur griego que quiere incluir en el banquete en honor a los miembros más destacados del linaje de Perseo. Y el gato que acaricia en su regazo, complacido, también parece sonreír.
miércoles, 21 de diciembre de 2016
martes, 13 de diciembre de 2016
De blog en blog
Doblemente agradecido por el espacio que han dedicado a mis textos los blogs de El microrrelatista y de La Microbiblioteca:
- el pasado viernes, Torcuato González me hizo un hueco en su veterano blog, todo un referente en el mundo del microrrelato en castellano, y publicó en él mi narración Madrid 2016.
- y hoy me he llevado una sorpresa al ver el ejemplar que le dediqué a La Microbiblioteca también en su blog, acompañado por los textos Eso y Dos de corazones. Además, en su Facebook, han tenido la amabilidad de calificar Producto interior muy bruto como “un dels millors llibres de microrelats publicats el 2016”. Así que más feliz uno no puede estar, ¿verdad?
viernes, 2 de diciembre de 2016
Noviembre pasó
Noviembre pasó y me dejó dos muy buenas noticias:
- la publicación de un nuevo cuento de ajedrez, hasta la fecha inédito, en el número 125 de la revista Peón de Rey. El relato, titulado Los tableros rojos, escarba en las últimas mesas de los torneos abiertos de mi juego favorito. Que ya está bien de tanto Gran Maestro y de tanto Carlsen, caramba. La base también existe.
- la publicación de un relato de temática futbolística en la sección El (des)cuento del número 57 de la revista especializada Panenka. El texto, que lleva por título A pie de campo, gira alrededor de esas entrevistas absurdas que los periodistas deportivos perpetran a los futbolistas al término del tiempo de juego. Y, en él, me he permitido la licencia de incluir una serie de guiños para los seguidores del Júpiter. Porque yo lo valgo. Porque ellos lo valen.
domingo, 27 de noviembre de 2016
El patio de luces
Cada mañana me asomo al patio de luces para verlo pasar. Aunque no tenga ropa que tender, cuando son las once y veintiocho, abro la ventana y espero a que salte. Es tan puntual y tan constante. Y educado: el suicida siempre consigue articular algo parecido a un buenos días en el escalofriante alarido que acompaña su trágica caída. Le respondo yo con el mismo saludo y le deseo, todos los días sin excepción, el peor de los aterrizajes. Ya sin ninguna convicción.
jueves, 10 de noviembre de 2016
Azul
Distingo su silueta sobre la baranda de piedra. Dejo atrás la ropa recién tendida en la azotea. Oigo perfectamente cómo el viento que se ha levantado agita las sábanas húmedas cuando me aproximo a la gaviota. No se espanta. Al contrario. Me observa impertinente y retadora. Dudo unos instantes porque estos bichos siempre me han dado miedo. Las gaviotas y los enanos. Finalmente decido dar el último paso y la gaviota insolente abandona la baranda y se aleja batiendo las alas.
Dejo las pinzas de tender en el suelo. Me acodo y contemplo los bloques de enfrente. Las persianas a medio subir, la cortina que se agita en el balcón entreabierto, la vecina que riega los geranios. El perfil de la ciudad, tan característico, y, detrás, la línea azul oscuro trazada en el horizonte. Los reflejos plateados arrancados por el sol radiante de mediodía. El cielo diáfano. Y el viento, que trae hasta mí el aroma del salitre.
Disfruto de la vista y, sin embargo, la misma ciudad provoca en mí inquietud. El sonido de la hélice de un helicóptero lejano, las sirenas de las ambulancias, abajo, anuncian que algo extraordinario está pasando, ahora mismo, en Madrid.
Dejo las pinzas de tender en el suelo. Me acodo y contemplo los bloques de enfrente. Las persianas a medio subir, la cortina que se agita en el balcón entreabierto, la vecina que riega los geranios. El perfil de la ciudad, tan característico, y, detrás, la línea azul oscuro trazada en el horizonte. Los reflejos plateados arrancados por el sol radiante de mediodía. El cielo diáfano. Y el viento, que trae hasta mí el aroma del salitre.
Disfruto de la vista y, sin embargo, la misma ciudad provoca en mí inquietud. El sonido de la hélice de un helicóptero lejano, las sirenas de las ambulancias, abajo, anuncian que algo extraordinario está pasando, ahora mismo, en Madrid.
lunes, 17 de octubre de 2016
El libro de La Microbiblioteca
El pasado 30 de septiembre se celebró la entrega de premios de la quinta edición del concurso organizado por la Biblioteca Esteve Paluzie, de Barberà del Vallès. Para allá que me fui yo y así tuve ocasión de saludar y felicitar a muchos de los amigos premiados; disfrutar del espectáculo de Microlocas, basado en su libro de microrrelatos Pelos; y cenar después con un buen puñado de microlocos hambrientos.
Al final del acto, se repartieron entre los asistentes los ejemplares del libro que cada año se edita con los mejores textos recibidos a lo largo de la convocatoria. Podéis leer mi relato Las plañideras y el resto de historias seleccionadas en la publicación en línea de la antología.
Enhorabuena a Rafa Heredero y a Jordi Bonet-Coll, ganadores del concurso en castellano y catalán, respectivamente.
Al final del acto, se repartieron entre los asistentes los ejemplares del libro que cada año se edita con los mejores textos recibidos a lo largo de la convocatoria. Podéis leer mi relato Las plañideras y el resto de historias seleccionadas en la publicación en línea de la antología.
Enhorabuena a Rafa Heredero y a Jordi Bonet-Coll, ganadores del concurso en castellano y catalán, respectivamente.
viernes, 14 de octubre de 2016
Entrevistado en Amanece Metrópolis
Aceptas con lógico entusiasmo la propuesta de la revista cultural Amanece Metrópolis de participar en su sección Yo he venido aquí a hablar de su libro. Porque agradeces el interés mostrado por una publicación de este tipo por los microrrelatos de Producto interior muy bruto. Y, entonces, recibes el cuestionario. Lo lees por encima y, de pronto, te sorprendes mirando a ambos lados, queriendo comentar algo pero no sabes muy bien el qué. Pasados unos segundos de desconcierto, reanudas la lectura, ya con una sonrisa en los labios, y te pones a manos a la obra. Disfrutando. El extravagante cuestionario del siempre original Juan Fuente no tiene desperdicio: seguro que nunca habéis leído o contestado nada igual. Las respuestas son obra mía.
Podéis leer la entrevista y cinco de los microrrelatos que integran Producto interior muy bruto en el siguiente enlace. Espero que os guste.
Gracias a Juan, Ana y Eva por ayudarme en esto de dar a conocer un poquito más al Minotauro.
Podéis leer la entrevista y cinco de los microrrelatos que integran Producto interior muy bruto en el siguiente enlace. Espero que os guste.
Gracias a Juan, Ana y Eva por ayudarme en esto de dar a conocer un poquito más al Minotauro.
miércoles, 12 de octubre de 2016
Los turistas visitan Radio Carcoma
Ignacio Borraz tuvo la gentileza de leer en el programa cultural Error de coordenadas de Radio Carcoma mi microrrelato Los turistas, texto incluido en Producto interior muy bruto. Previamente, había hablado de la XIX Jam de Cuentos Improvisados. Podéis escuchar el programa del pasado 8 de octubre en el siguiente enlace y el relato a partir del minuto 44.
Radio Carcoma es una emisora libre del norte de Madrid y lleva más de 25 años en activo ofreciendo contenido musical y cultural a través de internet.
Gracias, Ignacio, por llevarte a Madrid a la pareja, él con su plano y su cámara colgada del cuello y ella con su vestido estampado y ligero.
Radio Carcoma es una emisora libre del norte de Madrid y lleva más de 25 años en activo ofreciendo contenido musical y cultural a través de internet.
Gracias, Ignacio, por llevarte a Madrid a la pareja, él con su plano y su cámara colgada del cuello y ella con su vestido estampado y ligero.
viernes, 7 de octubre de 2016
Producto interior muy bruto, según Sergi Allepuz
Que a tu primo le guste el libro que acabas de publicar no es algo demasiado noticiable. De hecho, la familia (en general, y los primos, en particular) está, además de para otras muchas cosas, para eso: para que le gusten los libros que acabas de publicar. Pero si tu primo resulta que es el ganador del XL Premio Cáceres de Novela Corta, entre otros, su opinión ya tiene un poquito más de peso que la del primo al uso.
Reproduzco, a continuación, la pequeña (y festiva) reseña literaria que me hizo llegar Sergi. Porque ése es su nombre: Sergi Allepuz. El autor de la laureada El prado verde de Jay McKay. El autor cuyas andanzas podéis seguir en su blog Rinconcete y Cortadillo.
Reseña literaria de PRODUCTO INTERIOR MUY BRUTO, o la realidad del mundo según mi primo: David Vivancos Allepuz, un escritor de ideas claras y también de algunas obsesiones enfermizas, para qué nos vamos a engañar...
Tras leer el libro que nos ocupa, mi primera impresión es que nos hallamos ante un escritor ya hecho, con estilo propio y muy concienzudo, que posee un nivelazo de vocabulario que ya querrían muchas vacas sagradas, y lleno de obsesiones propias y recurrentes, tales como la muerte, la crueldad, los niños y los payasos.
De este modo, David, creando su propio mundo a base de un vocabulario hermoso y calculado, decorado con payasos terroríficos, niños insufribles, Papá Noeles o detalles carajilleros de la vida cotidiana de un barrio obrero de cualquier gran ciudad, nos muestra una colección de historias sobre la vida y, aún más, sobre la muerte y la crueldad humana, que dicen mucho del mundo interior y personal del autor, a pesar de que él, desesperada e infructuosamente, lo trate de blindar a base de zambombazos de hilarante ironía y/o sarcasmo que obligan al lector a reírse, bien sea en el autobús o en la consulta del dentista, ante la desconcertante mirada de propios y extraños.
Respecto a ese humor, desternillante en algunos de los cuentos, destacaría, por distintos a los demás o por haberme sorprendido gratamente: "La mariqita" (así, sin la u, tal cual) e "Instrucciones para enviar cartas ahorrándose los sellos" (impresionante relato que incluso he compartido, leyéndolo en voz alta, a la familia, y que es de una enorme utilidad para todo aquel que, como yo, haga regular uso del servicio postal).
¿Mis micros favoritos del libro? Pues los dos que ya he citado y "Tía Lourdes", "289", "Parque de atracciones", "Papanoeles sonrientes", y muchos, muchísimos más.
¡Gracias, Sergi!
martes, 27 de septiembre de 2016
Yo estuve en el Bar Martínez
La noche del jueves pasado fue muy especial. Nos reunimos en el madrileño barrio de Malasaña un buen grupo de amigos enamorados del microrrelato con la excusa de presentar los libros de la editorial Enkuadres Érase de una vez, de Ana Vidal, y Producto interior muy bruto, del menda. Para ello escogimos, cómo no, un bar. El Bar Martínez, dotado de un sótano mazmorril y tenebroso ideal para saraos de este jaez. Y de Gin Mare.
Abrió el fuego el editor, Sergi Martínez (que nada tiene que ver con el bar homónimo de sótano mazmorril y tenebroso), quien rápidamente dio paso a Manu Espada y a Ana Vidal. Entrevistó el primero a la segunda, respondió la segunda a las preguntas del primero, nos habló Manu de la literatura y de las mujeres (en tanto que escritoras, entiéndaseme), obsequió a Ana con una segunda edición de su propio libro y a los asistentes con unos cuentos infantiles y unos patitos de goma que fueron acogidos magníficamente por los presentes, presentados incluidos. Y ambos leyeron cuentos de Ana, muchos cuentos, con la ayuda estelar de los amigos micronarradores invitados, Javier Ximens, Manuel Rebollar, la microloca Eva Díaz Riobello y Rosa Martínez (que tampoco tiene nada que ver con el bar homónimo de sótano mazmorril y tenebroso y a quien debemos las fotos que ilustran esta nota y muchas más). El numeroso público congregado para la ocasión rompió en un entregado aplauso a los dos protagonistas cuando finalizó la primera parte del acto y se dio paso a la presentación del segundo libro.
Me sorprendió Kike Parra con un par de preguntas sobre Producto interior muy bruto cuyas respuestas intenté eludir lo más torpemente que supe y pasó el presentador, a continuación, a leer la carta de un lector muy fan de mi obra, el levantador de piedras vasco Íñigo Arriola. Una misiva que hilaba tan bien la serie de relatos que fue leyendo el mismo Kike que hubo quien la creyó falsa. Reímos de lo lindo con las ocurrencias de Kike, digo de Íñigo. Y luego llegó mi turno. Y hablé de cosas y leí cosas. Y Ana Vidal me hizo el favor de leer también y se cerró, de este modo, un círculo perfecto con más aplausos y eso está muy bien.
Llegaron las firmas de ejemplares, siguieron más saludos y reencuentros, más copas y más risas, y el extravío en la noche madrileña de Washington Jaramillo y vino, más tarde, una cena improvisada donde siete valientes dieron buena cuenta de lo que al camarero de no sé qué bar le dio la gana ir sirviendo. Y después, ah, sí, llegó lo de después.
Que hasta aquí puedo leer, amigos.
lunes, 26 de septiembre de 2016
La carta de Íñigo Arriola o la genial presentación de Kike Parra de Producto interior muy bruto
El pasado jueves tuvo lugar la puesta de largo en Madrid de los libros de la editorial Enkuadres Érase de una vez, de Ana Vidal, y de mi Producto interior muy bruto. Fueron presentados por dos escritores muy queridos por la familia microrrelatista: el primero por Manu Espada y el segundo por Kike Parra.
En breve escribiré unas líneas y colgaré algunas fotos para que os hagáis una idea de cómo fue el acto celebrado en el Bar Martínez. Pero, primero, me veo en la obligación de compartir con vosotros la magnífica carta del levantador de piedras y forofo de Producto interior muy bruto Íñigo Arriola, dirigida al editor Sergi Martínez, con la que Kike nos sorprendió a todos (incluído a mí) y que constituyó la base de su divertida intervención.
Gracias múltiples, Kike, por la original presentación, por el texto y por permitirme su reproducción en el blog. Si no existieras tal como eres, habría que inventarte, muchacho.
Estimado Sergi Martínez:
Me llamo Iñigo Arriola, soy harri-jasotzaile, lo que se conoce como levantador de piedras, y me gustaría contarle la manera en que ha llegado hasta mí el libro de su editorial llamado, bueno, titulado, “Producto interior muy bruto”.
Tengo 24 años y vivo en Iturmendi, un pueblo navarro pegado al Burunda. En mi vida, hago varias cosas, además de las exhibiciones y competiciones del deporte que he comentado, ayudo a mi padre en la carnicería familiar, a mi abuelo con las vacas y estoy terminando un Grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural en la UPN. No soy buen lector. Mejor dicho, no leo mucho, las materias de la facultad y poco más. No me suelo comprar ningún libro, de hecho, este de su editorial fue un regalo de Nekane, mi novia. Ella es maestra de niños en Altsasu. Vio el dibujo de la portada y el título y pensó que encajaba conmigo. Bueno, esa es una broma que nos decimos. No soy tan bruto como aparento y ella sabía de antemano de qué iba el libro cuando lo compró. “Son historias muy cortitas. Te va a gustar”, me vino a decir. “¿Pero de qué va?”, le pregunté. “De muchas cosas”, me dijo, “cada página es un cuento, con personajes diferentes, y lo bueno es que no todos los personajes son humanos. Hay aves, animales de todo tipo, hasta gusanos de los muertos”. Eso me ha gustado mucho que cualquiera pueda ser un personaje. Como ve, le hice caso, claro. Nekane me quiere y yo a ella, así que le suelo hacer caso.
Del primer cuento que me acuerdo es de uno que habla de las pantorrillas. No sé, me hizo gracia. Nunca hubiera pensado que alguien escribiera algo sobre pantorrillas. (Página 15). Es un poco absurdo. La verdad es que el libro tiene muchos trozos que van en esa línea. Parece que el narrador siempre va de frente, mira de frente, pero resulta que tiene un ojo puesto en otro lugar, un trozo de mundo que nos llega de sopetón, inesperado. Y que te pilla desprevenido. A mí me pasó. Y a Nekane, que también lo había leído, lo mismo. Ella dice que es como estar comiendo tostadas con miel y de repente, sin darte cuenta, llevarte a la boca una de pastel de txangurro.
Otra cosa que también me ha gustado del libro es lo bien escrito que está. Me imagino que todos los escritores tienen que escribir así de bien, al menos eso es lo que pienso que tendría que ser. Podría decirle muchos ejemplos, pero me acuerdo del comienzo de una historia titulada “Eolia” (Página 24). Cerca de Pamplona hay muchos campos eólicos, y cuando voy a la universidad los veo, pero desde que leí el libro, cuando paso por allí me acuerdo de ese cuento. Y siempre pienso en la exactitud de las palabras, en lo que tiene que ser escribir las cosas de manera que parezca que llevan así escritas toda la vida.
Este verano he llevado el libro conmigo a todas partes. Lo llevaba en la guantera de la furgoneta. Si iba a una competición ahí que venía conmigo. Me ayudaba a concentrarme. Mientras mi padre y mi tío preparaban las piedras, yo calentaba y para estar más tranquilo leía un par de historias. Aunque ya las hubiera leído, me seguía sorprendiendo. Muchas veces veía la relación que tenían con lo que ocurría a mi alrededor. Me estoy acordando de cuando estuvimos en Okondo, para las fiestas de San Bartolomé. ¿Conoce Okondo? Es un pueblo de mil y pocos habitantes, pero, no me diga por qué, van siempre un montón de turistas. Debe de ser porque está cerca de Llodio y de Bilbao y alguna de las chicas de la oficina de turismo debe de ser de allí y los enviará allí. Bueno. Ese día de competición en Okondo había hasta japoneses, o chinos. Mi padre y mi tío no se ponían de acuerdo. Para el caso, da lo mismo. Justo ese día leí otra vez el cuento titulado “Los turistas” y se ve que esa vez me impactó mas por la cantidad de chinos y valencianos que había (Página 26). Hay que ver cómo el autor le da la vuelta a las cosas. He visto alguna foto suya, del escritor me refiero. Tiene cara de buena persona. No sé si pensaría que es escritor si lo viese por la calle. Vamos, no lo digo por mal. Lo que quiero decir es que en mi caso, por ejemplo, sí que, si me ven, uno piensa enseguida que puedo ser harri-jasotzaile.
Luego he estado una temporada sin competir. Se acumuló el trabajo donde lo del “aitona”. Por las ferias de ganado de septiembre y que pronto iban a ser las clases. Entrenaba cuando podía e iba al masajista. Bueno, la que me hace los masajes es Nekane. Como da clases de educación física, dice que es imprescindible. “Mira, Iñigo, parece que en este cuento salgamos tú y yo”, me dijo. Era el titulado “Plastilina”, que va de una masajista y de alguien que se cree muy fuerte. (Página 37). El humor también es algo que se puede ver a toda hora en el libro. Nekane se ríe más que yo, pero eso es porque ella es de otra manera. Eso no quiere decir que yo no tenga humor, o que no me guste. Al revés, me encanta ese humor que hay, un poco bruto, un poco negro. El narrador se mete con todo, y tiene una manera especial de hacer broma hasta de cosas sagradas, como la muerte, el poder, las enfermedades. Los personajes parecen reírse de sí mismos. No sé, como si el narrador les diera libertad para hacer las cosas. (Página 141). A mí me gusta la gente así. Que uno no esté satisfecho con lo que le ha tocado vivir y que dé la cara. La verdad es que el escritor, David Vivancos Allepuz… ¿Se dice Allepuz, con elle o Alepuz, con una ele? Bueno, el autor parece que nos esté hablando, en muchas historias, de una vida aparte, de un mundo paralelo, de una existencia que avanza a la vez que la de los personajes, junto a ellos, como si nos estuviese advirtiendo del grado de incertidumbre que tenemos que asumir en la vida, con su propia autonomía y acierto y libertad.
Qué cosas, nunca me hubiera imaginado que un libro así llegase hasta mí. Nekane dice que fue de broma, y yo la creo —ya lo dije antes— pero seguramente haya una parte de verdad en su burla, que soy un poco bruto a veces y que el de la fotografía le recordó a mí. No sé qué pasará con Nekane y conmigo. No sabemos nunca nada de lo que va a pasar. También esto parece que nos lo esté diciendo el libro. Dónde trabajaré el día de mañana. Si tendré hijos. Si alguna vez conseguiré algún récord como harri-jasotzaile. Por ahora voy a seguir disfrutando de las cosas que tengo cerca. Voy a recomendar el libro. De hecho ya se lo he dejado a un compañero de facultad. A los otros levantadores de piedras, no. Intuyo como que conocerían partes de mí que no sé si quiero que conozcan. Dice Nekane —a ella sí se lo he dicho— que es lo que tienen los buenos libros. Bueno, y a ahora se lo estoy diciendo a usted, que aunque no nos conocemos, parece de confianza y no va a decir nada de esto por ahí.
Y ya me despido. Hay un cuento que viene a hablar de todo lo que le he contado, que sirve de final, de cómo me gustaría que fueran las cosas. Me gustaría que la huella que dejase en la vida fuese de esta manera. Se titula “Madera de héroe” (Página 89).
Espero que tengan suerte con el libro. Que todo les vaya muy bien. El libro se lo merece. Si alguna vez vienen usted o David por Iturmendi, ésta es su casa. Urbasa está a un tiro de piedra, ya verán qué montes. Y lo bien que se come. Mis padres tienen las mejores txuletas del mundo. Ah, y seguro que podrán conocer a Nekane. Un abrazo. Iñigo Arriola
En breve escribiré unas líneas y colgaré algunas fotos para que os hagáis una idea de cómo fue el acto celebrado en el Bar Martínez. Pero, primero, me veo en la obligación de compartir con vosotros la magnífica carta del levantador de piedras y forofo de Producto interior muy bruto Íñigo Arriola, dirigida al editor Sergi Martínez, con la que Kike nos sorprendió a todos (incluído a mí) y que constituyó la base de su divertida intervención.
Gracias múltiples, Kike, por la original presentación, por el texto y por permitirme su reproducción en el blog. Si no existieras tal como eres, habría que inventarte, muchacho.
Presentación de “Producto interior muy bruto”
Bar Martínez. Calle barco, Madrid. 22 de mayo de 2016.
Estimado Sergi Martínez:
Me llamo Iñigo Arriola, soy harri-jasotzaile, lo que se conoce como levantador de piedras, y me gustaría contarle la manera en que ha llegado hasta mí el libro de su editorial llamado, bueno, titulado, “Producto interior muy bruto”.
Tengo 24 años y vivo en Iturmendi, un pueblo navarro pegado al Burunda. En mi vida, hago varias cosas, además de las exhibiciones y competiciones del deporte que he comentado, ayudo a mi padre en la carnicería familiar, a mi abuelo con las vacas y estoy terminando un Grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural en la UPN. No soy buen lector. Mejor dicho, no leo mucho, las materias de la facultad y poco más. No me suelo comprar ningún libro, de hecho, este de su editorial fue un regalo de Nekane, mi novia. Ella es maestra de niños en Altsasu. Vio el dibujo de la portada y el título y pensó que encajaba conmigo. Bueno, esa es una broma que nos decimos. No soy tan bruto como aparento y ella sabía de antemano de qué iba el libro cuando lo compró. “Son historias muy cortitas. Te va a gustar”, me vino a decir. “¿Pero de qué va?”, le pregunté. “De muchas cosas”, me dijo, “cada página es un cuento, con personajes diferentes, y lo bueno es que no todos los personajes son humanos. Hay aves, animales de todo tipo, hasta gusanos de los muertos”. Eso me ha gustado mucho que cualquiera pueda ser un personaje. Como ve, le hice caso, claro. Nekane me quiere y yo a ella, así que le suelo hacer caso.
Del primer cuento que me acuerdo es de uno que habla de las pantorrillas. No sé, me hizo gracia. Nunca hubiera pensado que alguien escribiera algo sobre pantorrillas. (Página 15). Es un poco absurdo. La verdad es que el libro tiene muchos trozos que van en esa línea. Parece que el narrador siempre va de frente, mira de frente, pero resulta que tiene un ojo puesto en otro lugar, un trozo de mundo que nos llega de sopetón, inesperado. Y que te pilla desprevenido. A mí me pasó. Y a Nekane, que también lo había leído, lo mismo. Ella dice que es como estar comiendo tostadas con miel y de repente, sin darte cuenta, llevarte a la boca una de pastel de txangurro.
Otra cosa que también me ha gustado del libro es lo bien escrito que está. Me imagino que todos los escritores tienen que escribir así de bien, al menos eso es lo que pienso que tendría que ser. Podría decirle muchos ejemplos, pero me acuerdo del comienzo de una historia titulada “Eolia” (Página 24). Cerca de Pamplona hay muchos campos eólicos, y cuando voy a la universidad los veo, pero desde que leí el libro, cuando paso por allí me acuerdo de ese cuento. Y siempre pienso en la exactitud de las palabras, en lo que tiene que ser escribir las cosas de manera que parezca que llevan así escritas toda la vida.
Este verano he llevado el libro conmigo a todas partes. Lo llevaba en la guantera de la furgoneta. Si iba a una competición ahí que venía conmigo. Me ayudaba a concentrarme. Mientras mi padre y mi tío preparaban las piedras, yo calentaba y para estar más tranquilo leía un par de historias. Aunque ya las hubiera leído, me seguía sorprendiendo. Muchas veces veía la relación que tenían con lo que ocurría a mi alrededor. Me estoy acordando de cuando estuvimos en Okondo, para las fiestas de San Bartolomé. ¿Conoce Okondo? Es un pueblo de mil y pocos habitantes, pero, no me diga por qué, van siempre un montón de turistas. Debe de ser porque está cerca de Llodio y de Bilbao y alguna de las chicas de la oficina de turismo debe de ser de allí y los enviará allí. Bueno. Ese día de competición en Okondo había hasta japoneses, o chinos. Mi padre y mi tío no se ponían de acuerdo. Para el caso, da lo mismo. Justo ese día leí otra vez el cuento titulado “Los turistas” y se ve que esa vez me impactó mas por la cantidad de chinos y valencianos que había (Página 26). Hay que ver cómo el autor le da la vuelta a las cosas. He visto alguna foto suya, del escritor me refiero. Tiene cara de buena persona. No sé si pensaría que es escritor si lo viese por la calle. Vamos, no lo digo por mal. Lo que quiero decir es que en mi caso, por ejemplo, sí que, si me ven, uno piensa enseguida que puedo ser harri-jasotzaile.
Luego he estado una temporada sin competir. Se acumuló el trabajo donde lo del “aitona”. Por las ferias de ganado de septiembre y que pronto iban a ser las clases. Entrenaba cuando podía e iba al masajista. Bueno, la que me hace los masajes es Nekane. Como da clases de educación física, dice que es imprescindible. “Mira, Iñigo, parece que en este cuento salgamos tú y yo”, me dijo. Era el titulado “Plastilina”, que va de una masajista y de alguien que se cree muy fuerte. (Página 37). El humor también es algo que se puede ver a toda hora en el libro. Nekane se ríe más que yo, pero eso es porque ella es de otra manera. Eso no quiere decir que yo no tenga humor, o que no me guste. Al revés, me encanta ese humor que hay, un poco bruto, un poco negro. El narrador se mete con todo, y tiene una manera especial de hacer broma hasta de cosas sagradas, como la muerte, el poder, las enfermedades. Los personajes parecen reírse de sí mismos. No sé, como si el narrador les diera libertad para hacer las cosas. (Página 141). A mí me gusta la gente así. Que uno no esté satisfecho con lo que le ha tocado vivir y que dé la cara. La verdad es que el escritor, David Vivancos Allepuz… ¿Se dice Allepuz, con elle o Alepuz, con una ele? Bueno, el autor parece que nos esté hablando, en muchas historias, de una vida aparte, de un mundo paralelo, de una existencia que avanza a la vez que la de los personajes, junto a ellos, como si nos estuviese advirtiendo del grado de incertidumbre que tenemos que asumir en la vida, con su propia autonomía y acierto y libertad.
Qué cosas, nunca me hubiera imaginado que un libro así llegase hasta mí. Nekane dice que fue de broma, y yo la creo —ya lo dije antes— pero seguramente haya una parte de verdad en su burla, que soy un poco bruto a veces y que el de la fotografía le recordó a mí. No sé qué pasará con Nekane y conmigo. No sabemos nunca nada de lo que va a pasar. También esto parece que nos lo esté diciendo el libro. Dónde trabajaré el día de mañana. Si tendré hijos. Si alguna vez conseguiré algún récord como harri-jasotzaile. Por ahora voy a seguir disfrutando de las cosas que tengo cerca. Voy a recomendar el libro. De hecho ya se lo he dejado a un compañero de facultad. A los otros levantadores de piedras, no. Intuyo como que conocerían partes de mí que no sé si quiero que conozcan. Dice Nekane —a ella sí se lo he dicho— que es lo que tienen los buenos libros. Bueno, y a ahora se lo estoy diciendo a usted, que aunque no nos conocemos, parece de confianza y no va a decir nada de esto por ahí.
Y ya me despido. Hay un cuento que viene a hablar de todo lo que le he contado, que sirve de final, de cómo me gustaría que fueran las cosas. Me gustaría que la huella que dejase en la vida fuese de esta manera. Se titula “Madera de héroe” (Página 89).
Espero que tengan suerte con el libro. Que todo les vaya muy bien. El libro se lo merece. Si alguna vez vienen usted o David por Iturmendi, ésta es su casa. Urbasa está a un tiro de piedra, ya verán qué montes. Y lo bien que se come. Mis padres tienen las mejores txuletas del mundo. Ah, y seguro que podrán conocer a Nekane. Un abrazo. Iñigo Arriola
domingo, 25 de septiembre de 2016
Madrid 2016 en la voz de Mar González
Por si fuera poco premio obtener una de las dos medallas de plata (obra artesana de la gran Eva García) de la convocatoria olímpica de Esta noche te cuento, va mi admirada Mar González y nos regala la grabación de los relatos galardonados leídos con su voz de magnífica radiofonista. Y con música de Vangelis de fondo. Muchísimas gracias a ambas.
Tremendo lujazo.
Mi micro Madrid 2016, a partir del minuto 2.20 en el audio del siguiente enlace.
Tremendo lujazo.
Mi micro Madrid 2016, a partir del minuto 2.20 en el audio del siguiente enlace.
viernes, 16 de septiembre de 2016
Producto interior muy bruto en Aire Nuestro
Producto interior muy bruto sigue de gira y, en esta ocasión, ha recalado en Aire Nuestro, el Club de Lectura de la Biblioteca Jorge Guillén, del Instituto Cervantes de Milán.
Los dos microrrelatos escogidos han sido Los turistas y Papanoeles sonrientes, dos viejos conocidos en la red.
Gracias a la escritora Valeria Correa por permitirme compartir estos textos en El micorrelato de los viernes con los miembros del club de lectura.
Los dos microrrelatos escogidos han sido Los turistas y Papanoeles sonrientes, dos viejos conocidos en la red.
Gracias a la escritora Valeria Correa por permitirme compartir estos textos en El micorrelato de los viernes con los miembros del club de lectura.
jueves, 15 de septiembre de 2016
Producto interior muy bruto en Soles en el Ocaso
Mi buena amiga Ana Vidal dedicó ayer, de forma monográfica, su sección "En pocas palabras" del programa radiofónico Soles en el Ocaso al libro Producto interior muy bruto. A lo largo de media hora, lo diseccionó, analizó y volvió del revés y le dio tiempo, además, de leer ocho de los cuentos que conforman mi libro de microrrelatos: Cuento sahariano, Los turistas, Sesión de tarde, Carmiña, La mano, Parque de atracciones, Generación perdida y La hija del alcaide.
En el siguiente enlace podéis escuchar su sección, a partir del minuto 68.
Gracias una vez más, escritora, por la labor que llevas a cabo difundiendo las pequeñas letras.
En el siguiente enlace podéis escuchar su sección, a partir del minuto 68.
Gracias una vez más, escritora, por la labor que llevas a cabo difundiendo las pequeñas letras.
martes, 13 de septiembre de 2016
Presentación en Madrid de Producto interior muy bruto y Érase de una vez
El próximo día 22 de septiembre tendrá lugar la presentación en Madrid de Producto interior muy bruto y del libro de microrrelatos de Ana Vidal Pérez de la Ossa Érase de una vez, ambos títulos de la colección Microsaurio de la editorial Enkuadres. El acto conjunto se celebrará en el Bar Martínez (c. del Barco, nº 4) a partir de las 20 horas y ejercerán de maestros de ceremonias los escritores Manu Espada y Kike Parra Veïnat.
Estáis todos invitados. Pasaremos lista.
viernes, 29 de julio de 2016
Producto interior muy bruto, según Juanlu
Un ejemplar de Producto interior muy bruto ha sido bendecido por los pinceles del artista granadino Juanlu. Y a mí me hace especial ilusión que así haya sido porque siempre había envidiado (en silencio, pero sí, envidiado) todos esos libros de microrrelatos que le he visto ilustrar desde que lo conozco. Tan agradecido me siento que no compartirlo con todos vosotros sería muy, pero que muy egoísta.
Aquí tenéis las juanlustraciones de Producto interior muy bruto. Os invito a entrar en el blog de Juanlu, donde podréis disfrutar del trabajo de este original y generoso artista.
Aquí tenéis las juanlustraciones de Producto interior muy bruto. Os invito a entrar en el blog de Juanlu, donde podréis disfrutar del trabajo de este original y generoso artista.
domingo, 24 de julio de 2016
Madrid 2016
La mirada concentrada en algo lejano que a los demás se nos escapa. Respira hondo. Dispone los brazos en cruz, las palmas de las manos hacia abajo. Afianza los talones. Hincha de nuevo el pecho y salta. Las piernas rectas y juntas, las plantas de los pies arqueadas como las de los bailarines de ballet. En su caída, flexiona el vientre, adelanta el torso hasta conseguir agarrarse las rodillas. Gira sobre sí mismo. Una vuelta y otra más. Un salto perfectamente ejecutado y que provoca el murmullo admirado del público, al cual sigue una entregada ovación.
Alguien interrumpe nuestra deliberación. Tampoco esta vez vamos a tener ocasión de puntuar. A este ritmo resulta complicado. Reclama la atención del jurado el siguiente saltador, el que hace dieciséis, cuya silueta suicida se perfila ya en la azotea.
Alguien interrumpe nuestra deliberación. Tampoco esta vez vamos a tener ocasión de puntuar. A este ritmo resulta complicado. Reclama la atención del jurado el siguiente saltador, el que hace dieciséis, cuya silueta suicida se perfila ya en la azotea.
lunes, 18 de julio de 2016
Lectura en Bàsic Barcelona
Un pequeño grupo de valientes nos reunimos el pasado domingo 3 de julio en Bàsic Barcelona, la tienda de David Figueroa. La excusa era pasar un buen rato leyendo microrrelatos del libro Producto interior muy bruto y dar paso, posteriormente, a un micro abierto para que los asistentes compartieran también sus textos con los allí congregados.
Una experiencia gratificante que no me importaría nada repetir y que nos sirvió para rememorar aquellos duelos de titanes que David organizaba no hace tanto en su tienda.
Os dejo unas fotos de aquel domingo.
Una experiencia gratificante que no me importaría nada repetir y que nos sirvió para rememorar aquellos duelos de titanes que David organizaba no hace tanto en su tienda.
Os dejo unas fotos de aquel domingo.
viernes, 15 de julio de 2016
Juegue como un Gran Maestro
En el último número de la revista Capakhine podéis leer mi cuento Juegue como un Gran Maestro, una nueva aventura de Paquito, el niño ajedrecista que ya había aparecido en uno de los relatos que integraron el libro Las jugadas intermedias.
Creo que ya son sesenta y cinco las historias de ajedrez que llevo escritas y recuerdo que, al publicar las treinta primeras, admití mi incapacidad para crear nada más nuevo alrededor del juego. Me equivocaba entonces, y mucho, aunque sería muy ingrato si no reconociera públicamente la ayuda que muchos colegas me han prestado a lo largo de estos años -contándome peripecias de diverso pelaje- para que siguiera adelante con esta empresa tan gratificante.
Este relato, en concreto, le debe mucho a una anécdota que me contó mi amigo Frederic Andreu. Gracias, maestro.
Creo que ya son sesenta y cinco las historias de ajedrez que llevo escritas y recuerdo que, al publicar las treinta primeras, admití mi incapacidad para crear nada más nuevo alrededor del juego. Me equivocaba entonces, y mucho, aunque sería muy ingrato si no reconociera públicamente la ayuda que muchos colegas me han prestado a lo largo de estos años -contándome peripecias de diverso pelaje- para que siguiera adelante con esta empresa tan gratificante.
Este relato, en concreto, le debe mucho a una anécdota que me contó mi amigo Frederic Andreu. Gracias, maestro.
lunes, 6 de junio de 2016
Más soles en el ocaso
Es para mí motivo de orgullo y satisfacción poder anunciaros que mi amiga Ana Vidal ha vuelto a hacerme un huequito en la sección dedicada a la narrativa breve que tiene en el programa Soles en el Ocaso. En el siguiente enlace podéis escuchar el programa del pasado 1 de junio. A partir de la hora y siete minutos arranca Ana "En pocas palabras", que se centra en los microrrelatos negros, de corte policíaco y homicida. Junto a los textos de Patricia Richmond, Raquel Lozano, MA NM, Francisco Pérez Benedicto y David González, podéis escuchar mi El estrangulador, texto que espero sea de vuestro agrado.
Gracias, Ana, por la mención y por tu trabajo por difundir con tanto entusiasmo nuestras microcreaciones.
Gracias, Ana, por la mención y por tu trabajo por difundir con tanto entusiasmo nuestras microcreaciones.
jueves, 26 de mayo de 2016
Piedra y nido y soles en el ocaso
Conforme Grimas y leyendas va cumpliendo semanas, meses y años, uno acaba por darse cuenta de que el blog funciona como una especie de memoria de la trayectoria de los textos propios, de su nacimiento, de sus vicisitudes, de sus cameos por aquí y por allá. Ni más ni menos.
Por ello, me alegra consignar en estas breves líneas la difusión de dos de los relatos publicados en Producto interior muy bruto en dos medios muy queridos por los que nos movemos en este micromundo:
Por ello, me alegra consignar en estas breves líneas la difusión de dos de los relatos publicados en Producto interior muy bruto en dos medios muy queridos por los que nos movemos en este micromundo:
- Patricia Nasello publicó en su blog Piedra y nido, en el cual recoge textos de diferentes autores, mi relato Día catorce. Verse rodeado de apellidos de tal envergadura provoca algo de vértigo.
- En el siguiente enlace podéis escuchar el programa Soles en el Ocaso del día 18 de mayo, en el cual Ana Vidal habló, en la sección “En pocas palabras”, de la VI Microquedada Microrrelatista celebrada en Zaragoza y donde leyó, a partir de la hora y ocho minutos, un puñado de microrrelatos de los cuentistas que acudimos a la cita con libro nuevo bajo el brazo: Carmen M. Marín, Mònica Sempere y Fernando Martínez, Jose Luis Sandín, David González, Pedro Herrero y yo mismo. En mi caso, el texto seleccionado fue Un color ignoto (aquí podéis leerlo).
lunes, 23 de mayo de 2016
Revalorización
El coleccionista contempla, con cierta vanidad mal disimulada, la hoja que acaba de sacar del interior de la caja fuerte. Se pone los guantes y escoge las pinzas de punta curvada. Extrae con suma delicadeza, uno a uno, los únicos nueve sellos que se conservan de la primera serie postal sueca de 1855. Tras treinta años de investigación detectivesca que le ha llevado a dar hasta cuatro vueltas al globo terráqueo, el anciano filatélico está en condiciones de afirmar que no quedan más ejemplares en el mundo que los suyos. Se detiene, como tantas otras veces ha hecho a lo largo de las tres últimas décadas, en la admiración del motivo de tan raro sello: las olas del océano embravecido ensañándose en la legendaria fragata de la Marina Real, el singular mascarón y las dos mínimas sirenas encaradas, impresas en amarillo por un error de imprenta en esa primera serie. Suspira, deja las pinzas que sujetan el noveno sello a un lado y, todavía con los guantes puestos, enciende un fósforo que aplica a la bandejita donde ha ido depositando los demás. Su mirada se dirige, alternativamente, a las llamas, al ejemplar amnistiado, a la caja fuerte. Y sonríe.
viernes, 13 de mayo de 2016
La mariqita
Soy de esos centistas a los qe les gsta escribir por las mañanas. No encentro otro momento mejor para hacerlo. Me encanta sentarme delante del ordenador con la ventana abierta y bscar inspiración en la montaña qe veo ahí enfrente. Me relaja s imponente presencia, qe me ayda a encontrar siempre la palabra precisa. También lo consigen el canto de los grillos y las vanidosas llamadas de los gallos, tan orgllosos como est´pidos ellos. Es como estar en el campo an viviendo en la cidad.
Estaba trabajando, como digo, na mañana en n relato cando, de pronto, se posó sobre el teclado na mariqita. Y lo hizo jsto encima de la letra qe está entre las dos íes, la griega y la latina, la misma qe estoy evitando emplear por miedo a aplastar al insensato insecto. Si al menos se hbiera instalado encima de otra letra menos com´n… Soplé para ver si se iba volando, igal qe había llegado hasta la tecla, pero nada. Cada vez con mayor ferza e intensidad pero, vamos, ni por ésas, no hbo forma de qe se moviera. La mariqita me descentró de tal manera qe perdí el hilo de lo qe qería contar y ni el ir y venir de los gorriones por la cornisa ni el zmbido de las abejas entre las macetas de la terraza consigió serenarme y recondcir mi estado de ánimo.
Así estaba, pregntándome qé demonios hacer, cando, de repente, la mariqita empezó a caminar, plácidamente, como si nada tviera qe ver con mi angstiosa frstación. Detuvo su marcha en la tecla que comparten la coma y el punto y coma. Aquello fue demasiado para mí porque una cosa es verse obligado a escribir sin emplear la letra u y otra muy diferente es no poder puntuar un texto como Dios manda. Así que aproveché que el bicho (coma) que por impertinente y descarado ya me estaba resultando simpático (coma) por suerte no se había parado ni encima de la efe ni de la i ni de la ene para poner punto final a la historia y apagar el ordenador hasta el día siguiente. Donde (coma) por cierto (coma) espero (coma) a pesar de la cierta afinidad que digo sentir hacia la mariquita (coma) no volvérmela a encontrar.
FIN
Estaba trabajando, como digo, na mañana en n relato cando, de pronto, se posó sobre el teclado na mariqita. Y lo hizo jsto encima de la letra qe está entre las dos íes, la griega y la latina, la misma qe estoy evitando emplear por miedo a aplastar al insensato insecto. Si al menos se hbiera instalado encima de otra letra menos com´n… Soplé para ver si se iba volando, igal qe había llegado hasta la tecla, pero nada. Cada vez con mayor ferza e intensidad pero, vamos, ni por ésas, no hbo forma de qe se moviera. La mariqita me descentró de tal manera qe perdí el hilo de lo qe qería contar y ni el ir y venir de los gorriones por la cornisa ni el zmbido de las abejas entre las macetas de la terraza consigió serenarme y recondcir mi estado de ánimo.
Así estaba, pregntándome qé demonios hacer, cando, de repente, la mariqita empezó a caminar, plácidamente, como si nada tviera qe ver con mi angstiosa frstación. Detuvo su marcha en la tecla que comparten la coma y el punto y coma. Aquello fue demasiado para mí porque una cosa es verse obligado a escribir sin emplear la letra u y otra muy diferente es no poder puntuar un texto como Dios manda. Así que aproveché que el bicho (coma) que por impertinente y descarado ya me estaba resultando simpático (coma) por suerte no se había parado ni encima de la efe ni de la i ni de la ene para poner punto final a la historia y apagar el ordenador hasta el día siguiente. Donde (coma) por cierto (coma) espero (coma) a pesar de la cierta afinidad que digo sentir hacia la mariquita (coma) no volvérmela a encontrar.
FIN
miércoles, 4 de mayo de 2016
Cómo conseguir tu ejemplar de Producto interior muy bruto
Si quieres hacerte con un ejemplar de Producto interior muy bruto lo tienes fácil. Ahorra 12 euros y escoge la forma que te sea más cómoda y disponte a disfrutar de su lectura.
a) puedes encargarlo en tu librería habitual. Os lo conseguirán, en un breve plazo de tiempo, a través de la editorial Enkuadres. Actualmente está disponible en:
b) puedes, también, solicitarlo y comprarlo directamente en la web de la propia Editorial Enkuadres. Ellos te lo harán llegar a casa. Así de fácil.
c) puedes escribirme a davidvivancos@gmail.com y te lo mando por correo postal. Recomendado a aquellos lectores que gustan de los libros dedicados por sus autores.
¡Buena lectura!
a) puedes encargarlo en tu librería habitual. Os lo conseguirán, en un breve plazo de tiempo, a través de la editorial Enkuadres. Actualmente está disponible en:
- Bàsic Barcelona (C. del Portal Nou, 17, 08003 Barcelona. Telf. 930 046 173. Email: basicbarcelona@gmail.com)
- Ideas Deportivas Canarias (C. Dr. Jacinto Rodríguez Mejías, 25. 35320 Vega de San Mateo, Las Palmas de Gran Canaria. Telfs. 928 661 303 / 637 511 158. Email: juanramonjerez@hotmail.com)
b) puedes, también, solicitarlo y comprarlo directamente en la web de la propia Editorial Enkuadres. Ellos te lo harán llegar a casa. Así de fácil.
c) puedes escribirme a davidvivancos@gmail.com y te lo mando por correo postal. Recomendado a aquellos lectores que gustan de los libros dedicados por sus autores.
¡Buena lectura!
martes, 3 de mayo de 2016
Golpe de suerte
Lamentas la corbata que la pelota dibuja alrededor del hoyo dieciocho y que echa a perder tu golpe. Y dejas escapar una maldición cuando te doblas para sacarla del agujero y tus dedos apenas la rozan porque la pelotita caprichosa se te escurre de forma definitiva, y desciende y desciende por la espiral kilométrica que se estrecha hacia el centro de la Tierra, progresivamente, hasta que un cuenco mínimo de cristal la recoge y pone fin a su caída libre. Una pequeña cazoleta en la cual baila durante unos segundos con un repiqueteo alegre, contagioso y juguetón.
Entonces un niño vestido de almirante, con chaqueta de botones dorados, pantalones cortos y calcetines altos, coge la bola, reconoce el número inscrito, la levanta para que se vea bien y lo canta a voz en cuello sin importarle que tiene un micrófono justo delante. Y todos se agitan al saber el número agraciado y se alegran, se agitan y se alegran y lo celebran y se abrazan. Todos menos tú que, concentrado en anotar los hoyos propios y los del rival en la tarjeta que guardas en la cartera junto al décimo premiado, estás más preocupado por justificar tu golpe fallido y escudarte en la mala suerte que por otra cosa.
Entonces un niño vestido de almirante, con chaqueta de botones dorados, pantalones cortos y calcetines altos, coge la bola, reconoce el número inscrito, la levanta para que se vea bien y lo canta a voz en cuello sin importarle que tiene un micrófono justo delante. Y todos se agitan al saber el número agraciado y se alegran, se agitan y se alegran y lo celebran y se abrazan. Todos menos tú que, concentrado en anotar los hoyos propios y los del rival en la tarjeta que guardas en la cartera junto al décimo premiado, estás más preocupado por justificar tu golpe fallido y escudarte en la mala suerte que por otra cosa.
martes, 26 de abril de 2016
Una semana increíble
La semana pasada fue, sin duda, la más increíble e intensa que he vivido
desde que me puse a juntar letras con cierta regularidad. Y es algo,
qué caramba, que me apetece compartir con vosotros.
El lunes participé en la mesa redonda sobre Ajedrez, matemáticas y literatura a la que fui invitado por el Instituto Cervantes de Estocolmo junto al matemático Razvan Gabriel Iagar. Una experiencia fantástica que repetiría con los ojos cerrados. Aprovecho estas líneas para agradecer a los organizadores del acto, en especial a Julio y a Mónica, todas las facilidades y los detalles que tuvieron con nosotros durante nuestra estancia en Suecia.
Y el jueves… ¡ah, el jueves! Presenté en Cotxeres de Sants mi segundo libro de microrrelatos, Producto interior muy bruto, rodeado de buenos amigos. Sin su presencia nada habría sido igual. Para jornada tan especial conté con la colaboración de Sergi y Kike Parra, de la editorial Enkuadres (que es la que edita el libro, una joya en su factura); de Jesus Esnaola, que ejerció de presentador; y de Eduardo Margaretto, Paz Monserrat, Miguel Jiménez, Rosa Martínez y Ana Vidal (sorprendiéndome desde la distancia), que me ayudaron leyendo algunos textos del libro. Una semana, ya digo, increíble.
El lunes participé en la mesa redonda sobre Ajedrez, matemáticas y literatura a la que fui invitado por el Instituto Cervantes de Estocolmo junto al matemático Razvan Gabriel Iagar. Una experiencia fantástica que repetiría con los ojos cerrados. Aprovecho estas líneas para agradecer a los organizadores del acto, en especial a Julio y a Mónica, todas las facilidades y los detalles que tuvieron con nosotros durante nuestra estancia en Suecia.
Y el jueves… ¡ah, el jueves! Presenté en Cotxeres de Sants mi segundo libro de microrrelatos, Producto interior muy bruto, rodeado de buenos amigos. Sin su presencia nada habría sido igual. Para jornada tan especial conté con la colaboración de Sergi y Kike Parra, de la editorial Enkuadres (que es la que edita el libro, una joya en su factura); de Jesus Esnaola, que ejerció de presentador; y de Eduardo Margaretto, Paz Monserrat, Miguel Jiménez, Rosa Martínez y Ana Vidal (sorprendiéndome desde la distancia), que me ayudaron leyendo algunos textos del libro. Una semana, ya digo, increíble.
martes, 12 de abril de 2016
Peón envenenado
Puertabierta Editores acaba de publicar Peón envenenado, una nueva antología de cuentos de ajedrez coordinada por Sergio Gaut vel Hartman. Participan en la misma un total de veintisiete autores de México, Argentina, España, Uruguay y Portugal, con cincuenta y dos textos. Colaboro en la antología con cinco cuentos Paridad, El vejete, Un tipo raro, Miguel Strogoff. Capítulo XXXIII y Uno de espías.
miércoles, 2 de marzo de 2016
Historias con vida propia
Los relatos, a veces, cobran vida propia y abandonan su hogar de papel para embarcarse en diferentes y atractivos proyectos. En los últimos meses, algunos de ellos han tenido la fortuna de ser reclamados para ese tipo de empresas y aprovecho esta entrada, feliz como una perdiz, para dar cuenta de sus aventuras:
Pastores, venid y El príncipe heredero formaron parte de la recopilación de Microrrelatos navideños de autores latinoamericanos y españoles que publicó, el pasado mes de diciembre, la revista de minificción Brevilla.
Los turistas fue el microrrelato escogido por Eva Díaz Riobello para cerrar su espacio de recomendaciones literarias, dentro de la programación matinal de la Cadena SER Madrid Norte. Lo podéis escuchar a partir del minuto 11.00 en el audio del siguiente enlace.
Por último, dos años y medio después de la primera adaptación teatral del cuento La botella por el actor Jorge Moré, ésta volvió a representarse, y por partida doble, en el marco de las jornadas dedicadas al ajedrez que se celebraron recientemente en el colegio Germán Fernández Ramos, de Oviedo. Las funciones, protagonizadas por el mismo Moré, tuvieron lugar los días 22 y 23 de febrero. La inauguración de las jornadas, organizadas por el propio colegio y el Centro de Tecnificación Ciudad Naranco Ajedrez, se completó con el enfrentamiento entre el GM rumano Mihai Suba y el MF Carlos "Kaká" Suárez. Entre los distintos actos programados, destacaron la conferencia del martes del periodista Leontxo García y la celebración del I Trofeo Nacional de Ajedrez Judit Polgar.
Pastores, venid y El príncipe heredero formaron parte de la recopilación de Microrrelatos navideños de autores latinoamericanos y españoles que publicó, el pasado mes de diciembre, la revista de minificción Brevilla.
Los turistas fue el microrrelato escogido por Eva Díaz Riobello para cerrar su espacio de recomendaciones literarias, dentro de la programación matinal de la Cadena SER Madrid Norte. Lo podéis escuchar a partir del minuto 11.00 en el audio del siguiente enlace.
Por último, dos años y medio después de la primera adaptación teatral del cuento La botella por el actor Jorge Moré, ésta volvió a representarse, y por partida doble, en el marco de las jornadas dedicadas al ajedrez que se celebraron recientemente en el colegio Germán Fernández Ramos, de Oviedo. Las funciones, protagonizadas por el mismo Moré, tuvieron lugar los días 22 y 23 de febrero. La inauguración de las jornadas, organizadas por el propio colegio y el Centro de Tecnificación Ciudad Naranco Ajedrez, se completó con el enfrentamiento entre el GM rumano Mihai Suba y el MF Carlos "Kaká" Suárez. Entre los distintos actos programados, destacaron la conferencia del martes del periodista Leontxo García y la celebración del I Trofeo Nacional de Ajedrez Judit Polgar.
miércoles, 10 de febrero de 2016
Gangs and roses
Me he afeitado en Finnegan’s y he comprado bombones y un ramo de rosas espectacular en la antigua floristería de O’Banion. Le prometí a mi chica una cena romántica por San Valentín. Y eso es lo que va a tener: restaurante con mantel bordado, velitas, arrumacos, champán de contrabando y demás gaitas. Irlandesas.
Antes de acudir a la cita, decido acercarme hasta el almacén de Moran para ver a los muchachos. Escondo a mi espalda el ramo al cruzarme con el poli en la esquina. Es nuevo. Uno tiene un prestigio en la ciudad de Chicago y no quiere que le tomen por un lila. Para los chicos del North Side soy toda una leyenda. Por fortuna, ni siquiera repara en mi persona y continúa con la vista clavada en el reloj de bolsillo cuando lo saludo. Esperará a alguien. Los pantalones, observo, le van anchos. A mí, sin embargo, me sientan estupendos. Visto mi mejor traje y luzco un clavel en la solapa.
Dudo delante de la puerta. Tampoco me apetece que los muchachos me vean con esta pinta de primo. Así que escondo las rosas, el clavel y la caja de bombones dentro del cubo de la entrada para recuperarlos tras la breve visita. Miro con prevención al polizonte, no vaya a sospechar algo raro en mi conducta, me busque las cosquillas y me pille con el arma encima. Anda ocupado, menos mal, está estrechándoles la mano a otros dos agentes que acaban de llegar. A este par de novatos de semblante tan serio tampoco les paran bien los pantalones y las gorras les vienen grandes.
–Como si todavía durase el Carnaval –me digo al empujar la puerta, tras golpear con los nudillos la señal convenida–, como si esos uniformes no fuesen más que ridículos disfraces… –sonrío.
Antes de acudir a la cita, decido acercarme hasta el almacén de Moran para ver a los muchachos. Escondo a mi espalda el ramo al cruzarme con el poli en la esquina. Es nuevo. Uno tiene un prestigio en la ciudad de Chicago y no quiere que le tomen por un lila. Para los chicos del North Side soy toda una leyenda. Por fortuna, ni siquiera repara en mi persona y continúa con la vista clavada en el reloj de bolsillo cuando lo saludo. Esperará a alguien. Los pantalones, observo, le van anchos. A mí, sin embargo, me sientan estupendos. Visto mi mejor traje y luzco un clavel en la solapa.
Dudo delante de la puerta. Tampoco me apetece que los muchachos me vean con esta pinta de primo. Así que escondo las rosas, el clavel y la caja de bombones dentro del cubo de la entrada para recuperarlos tras la breve visita. Miro con prevención al polizonte, no vaya a sospechar algo raro en mi conducta, me busque las cosquillas y me pille con el arma encima. Anda ocupado, menos mal, está estrechándoles la mano a otros dos agentes que acaban de llegar. A este par de novatos de semblante tan serio tampoco les paran bien los pantalones y las gorras les vienen grandes.
–Como si todavía durase el Carnaval –me digo al empujar la puerta, tras golpear con los nudillos la señal convenida–, como si esos uniformes no fuesen más que ridículos disfraces… –sonrío.
martes, 26 de enero de 2016
Charla en Tordesillas
El taller de creación literaria Mar de incertidumbres me ha invitado a una charla que tendrá lugar el próximo viernes 29 de enero en Tordesillas. El acto, que girará en torno al universo bicolor de Las jugadas intermedias, tendrá lugar en las Casas del Tratado, a partir de las 18 horas. Además de a los miembros del taller y a los socios del Club Ajedrez Reina Juana de Tordesillas, espero contar con vuestra presencia. Porque estáis todos invitados.
Mi más sincero agradecimiento a quienes han hecho posible este encuentro.
Mi más sincero agradecimiento a quienes han hecho posible este encuentro.
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