Para conocimiento de la Humanidad y por coherencia literaria, voy a poner las cosas en su sitio de una vez por todas. Y por defender mi honor, qué caramba. Punto por punto y cronológicamente, aunque ya debería saber todo el mundo que el Tiempo, así, en mayúscula, no existe. Diga lo que diga el primer libro.
Los despropósitos comenzaron con la narración del turbio asunto del jardín y la fruta supuestamente ofrecida por un reptil lenguaraz y sin patas a mi parejita original. Todo muy confuso y muy falso.
Que un arrogante armador aprovechara la temporada de lluvias torrenciales para sacar de los astilleros su barco estrella y ofrecer un crucero para mascotas promiscuas nada tiene que ver Conmigo.
¿Cómo voy a exigirle a nadie que suba a una montaña para sacrificar a su hijo antes de dar ejemplo haciéndolo Yo con el mío propio?
Reconozco que me divertí, ¡y de qué forma!, observando el lío originado en Babel, pero solo pude certificarlo como una consecuencia natural de que los arquitectos se empeñen, desde siempre, en construir edificios tan altos y se vean obligados a importar mano de obra de otros países, así como con el necesario nacimiento de dos nuevas profesiones: la de traductor y la de enlace sindical. Tampoco ha de responsabilizárseme a Mí de todo lo que pase.
Estoy harto de que se me relacione exclusivamente con paisajes bucólicos llenos de rebaños en tierra firme; de ballenas en el mar; y de querubines de sonrosados mofletes en el aire. No tengo palabras para esos ojos furibundos circunscritos dentro de triángulos equiláteros. ¿A qué mamarracho se le ocurriría semejante disparate?
En cuanto a la narración de la vida de mi chico, menudo muchacho, esos cuatro escritorzuelos no entendieron de la misa la mitad. Degradado a simple prestidigitador galileo por obra y gracia de los muy merluzos. ¡Si es que hasta lo de María Magdalena se les pasó por alto!
Desde aquí denuncio a esa pandilla de amanuenses ignorantes, profetas muertos de hambre y evangelistas hippies, caterva tendenciosa e incapaz de articular una biografía decente, quienes tergiversaron todos los hechos, confundiendo a media Humanidad y provocando y conflictos innecesarios con tal de hacerme la pelota. ¡Los escupiré de mi boca! ¡Cómo han osado escribir de ese modo sobre Mí, el Gran Hacedor, el Único y Supremo Narrador Omnisciente!
(Relato coescrito con Paz Monserrat Revillo para el proyecto 12.24 : 12 défis, 12 retos, 24 autores, 24 auteurs de Caroline Lepage)
Qué bueno, a ver si de una vez pone las cosas en su sitio el Omnisciente, aunque sea usando a Paz y David como evangelistas. Enhorabuena por el trabajo y la publicación.
ResponderEliminarGracias, maestro, por lo uno y por la otra. Aceptaríamos gustosos (creo responder también en nombre de Paz) sin contáramos con devotos feligreses como tú. Amén.
EliminarRespondo,piadosamente, que el omnisciente es un ser enternecedor y a la vez odioso como un niño repelente que se cree que lo sabe todo y no sabe de la misa la mitad. Podéis ir en Paz
ResponderEliminar¿Un ser estremecedor, dices? Pero menos. Vayamos, pues, en Paz.
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